Por Stefanie Travisany, miembro del Directorio de Humanizar
La Fiscalía de Chile ha emprendido un camino innovador en la atención a vííctimas y testigos de delitos, especialmente aquellos en situaciones de vulnerabilidad. Este enfoque proactivo no solo busca proporcionar justicia, sino también asegurar que el proceso judicial no agrave el trauma de quienes ya han sido afectados por el crimen.
La implementación de modelos de trabajo especializados y la creación de las Unidades Regionales de Atención a Víctimas y Testigos (URAVIT) son pasos significativos hacia una justicia más inclusiva y sensible. La Fiscalía no solo ha ampliado la cobertura, sino que también ha focalizado los recursos hacia casos que requieren una atención diferenciada y especializada, como los delitos sexuales y la violencia intrafamiliar.
El desafío actual es fortalecer la relación con las víctimas, mejorar los protocolos de atención y colaborar con otros prestadores de servicios, tanto públicos como privados. La meta es clara: ofrecer un servicio de calidad que permita a las víctimas y testigos una mayor cercanía y participación en el proceso penal.
En este contexto, surge la Justicia Terapéutica (TJ), un enfoque que reconoce el poder de la ley como una fuerza social con la capacidad de generar impactos terapéuticos o antiterapéuticos en las personas. La Fiscalía Regional de Valparaíso ha sido pionera en adoptar este enfoque, desarrollando un proyecto piloto desde 2018 que busca mejorar la calidad de la atención y reducir la victimización secundaria.
Este proyecto, que comenzó en la Fiscalía Local de San Felipe y se ha expandido a otras localidades, es un testimonio del compromiso de Chile con una justicia que cura, no que castiga. La Justicia Terapéutica no es solo una teoría; es una práctica que está transformando la experiencia de las víctimas y testigos en el sistema judicial chileno, marcando un precedente para futuras reformas en la justicia penal.
La Fiscalía de Chile, con su enfoque en la Justicia Terapéutica, está liderando un cambio paradigmático, demostrando que la ley puede y debe ser una herramienta para el bienestar social. Este es un modelo que merece atención y consideración, no solo en Chile sino en todo el mundo, como un medio para lograr una justicia más humana y efectiva.
Es en este asunto que Stefanie Travisany, Trabajadora Social y parte de la Unidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos de la Fiscalía Regional de Valparaíso, nos ofrece un completo trabajo, que destaca un modelo de justicia más humana, y que invitamos a leer en nuestra biblioteca.
«El proyecto propone mayor flexibilidad en la aplicabilidad de los procesos judiciales, no limitado meramente el rol punitivo del fiscal. Permite visualizar el sistema de justicia penal como una herramienta que puede apuntar a resolver problemas que subyacen al delito. Es decir, aplicar medidas judiciales que apunten a la mediación, la rehabilitación y la reinserción, incorporando siempre la opinión de las víctimas».
