Maximum Security and Nelson Mandela
Por Carolina Villagra, Ex-Presidenta de Humanizar
Invitamos a leer la nueva columna de la Académica y Ex Presidenta de Humanizar, Carolina Villagra, quien a propósito de la reciente conmemoración del Día Internacional Nelson Mandela, examina críticamente el abordaje de la situación penitenciaria en nuestro país.
In the context of the recent commemoration of Nelson Mandela International Day, we invite you to read the latest contribution from the Academic and former President of Humanizar, Carolina Villagra. The author offers a critical examination of the approach to the prison situation in our country.
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El 18 de julio se celebra el día internacional Nelson Mandela, que busca, entre otros objetivos, “promover condiciones de encarcelamiento dignas, sensibilizar acerca del hecho que los reclusos son parte integrante de la sociedad y valorar la labor del personal penitenciario como importante servicio social”. El mismo día, el gobierno anunció una serie de medidas para reforzar la seguridad, que incluyen la construcción de una cárcel de máxima seguridad para el “control efectivo de los criminales líderes de las bandas organizadas”. Sin duda, se deben implementar todas las medidas necesarias para controlar la criminalidad. La creación de recintos especializados es una de ellas, aunque el control del delito no se agota en la respuesta carcelaria.
El debate en torno al crimen organizado ha dominado la agenda y no estamos discutiendo qué pasa con la “otra” población encarcelada. Veamos algunas cifras:
Hay 56.000 personas en cárceles, 38% son imputados/as. En el caso de las mujeres, 48%. Cifras muy altas de prisión preventiva, que no garantizan resultados posteriores.
1/4 internos es de “alto compromiso delictivo”, 11% registra mala y pésima conducta. Por otro lado, 1/3 de los internos es de “bajo compromiso delictivo” y 80% registra buena y muy buena conducta. Datos que contradicen la idea que toda la población penal es peligrosa.
La enorme mayoría no tiene acceso a programas de rehabilitación y reinserción, estos programas son fundamentales para reducir la reincidencia.
Informes de visitas de cárceles (CPT, INDH, PJ) reportan deficientes condiciones de habitabilidad, hacinamiento, entre otros problemas que se relacionan con deficientes resultados en reinserción social.
En síntesis, un elemento clave para la seguridad pública es la efectividad del sistema carcelario.
Pareciera que hoy nadie quiere nombrar la palabra reinserción, pues se asocia a defensa de delincuentes, a estar en contra de las víctimas. Muy por el contrario, las estrategias efectivas en el control de la criminalidad siempre incluyen medidas de reinserción social, y ese es el debate urgente y necesario que también debemos tener en Chile hoy.
